samedi 28 janvier 2017


MI MUTANTE



No creo que sea capaz de describir a mi mutante ni mejor, ni en menos espacio que Walt Whitman. 

Creo que nuestros alumnos/as mutantes se enfrentan a los mismos retos que este poeta y humanista norteamericano ya hiciera en el siglo XIX. Me refiero a la cantidad de información que hay por todas partes y que llega a nosotros a diario. Y ellos, al igual que nosotros mismos, deben descifrar su significado.

Así que nuestro mutante no lo es porque sus retos sean nuevos, sino porque ahora el acceso a la educación se ha extendido y por lo tanto no sólo se acercan a ella los que quieren o pueden, sino todos, con la diversidad que ello conlleva en la manera de adquirir conocimientos.  ´

Entonces, nos encontramos ante un mutante con todos los recursos a su alcance para acceder por sí mismo al conocimiento, pero con poco interés para hacerlo y, por otro lado, con dificultades para descifrarlo. Además, nuestras aulas no le ofrecen nada distinto de lo que ya tiene fuera de ellas. Es más, a veces lo que ofrecemos es incluso bastante más tedioso y nuestr@s alumn@s no acudirían, si no fuese necesario para conseguir un diploma que les permita llegar a convertirse en lo que desean.

¿Y qué necesitan nuestros mutantes? Pienso que nuestr@s mutantes desean aprender haciendo, equivocándose, debatiendo, escuchándose o leyéndose unos a otros, interpretando,... es decir, siendo protagonistas y partiendo de lo que les interesa, de lo que viven en su día a día y que no acaban de entender, bien por el exceso de información contradictoria o por la dificultad con la que nos la presentan.

Por eso se precisa un profesorado flexible, humilde, con gran capacidad de escucha y con más curiosidad o generosidad que nunca, porque su reto va a ser diario, sin un libro de texto con contenidos cerrados en el que apoyarse. 

Confieso que mi idea de mutante me abruma.




Aucun commentaire:

Enregistrer un commentaire